GURME MÁLAGA 10 VERANO 2025

ALAPARTE, nuevo refugio del sabor de temporada con alma malagueña Toda una declaración de intenciones. Una invitación a sentarse “a la parte” de la vida donde se celebra lo bueno: el buen producto, el buen oficio, el buen sabor marengo…y, como no, junto a El Águila Sin Filtrar o Dorada helada

como una de las mejores de la ciudad—, la fusión de huerta y mar como el bonito-tomate-acelga, y también bocados más asociado a ese espíritu “bistró” como la vieira curada, beurre blanc y limón de Benamocarra, una delicia tan estética como sabrosa. El mimo en cada detalle, desde la vajilla elaborada por una artesana local hasta el pan de un obrador vecino, convierte cada visita en una experiencia sensorial completa. El espacio también acompaña: una barra vibran te, donde se puede comer cerca de los fogones viendo al equipo en acción; un salón reposado, ideal para encuentros más íntimos; y una terraza luminosa, pensada para dejar que la ciudad se cuele entre sorbo y bocado. Y hablando de sorbos, pocos placeres hay más malagueños que acompañar esta cocina con una fresca cerveza El Águila, Dorada y Sin Filtrar, tra gos perfectos para realzar cualquiera de las pro puestas que salen de sus fogones. En Alaparte, el maridaje no es una formalidad, sino parte del momento a compartir. La bodega, por su parte, recorre la geografía del buen vino con referencias malagueñas, andalu zas y una selección de terroirs españoles y euro peos, todas elegidas por su historia, su carácter y su capacidad para conversar con el plato.

En pleno corazón de Málaga, junto al bullicio del mercado de Atarazanas y el latido histórico de la ciudad, ha abierto sus puertas Alaparte, un bistró contemporáneo donde la cocina malagueña se reinventa sin perder un gramo de identidad. Tras los fogones está Fran Rascado, chef curtido en mil batallas, con más de veinte años de oficio, que por fin ha decidido trazar su propio camino. Y lo ha hecho con la claridad de quien sabe de dónde viene: de la Axarquía, de abuelas cocinan do al ralentí y de lonjas y huertas marcadas cada estación del año. Alaparte no es un restaurante más. Es un home naje a Málaga, a la huerta axarca y al mar de Alborán. Su propuesta se cimenta en el producto de cercanía, en el respeto a la temporalidad, y en una sensibilidad que equilibra la tradición culina ria andaluza con notas sutiles de otras cocinas — la francesa y la japonesa—. En la carta destacan elaboraciones de nuestros mares, como la tabla de salazones y sus contras tes o los fideos “Alaparte” según la receta del abuelo de Fran, platos tan reconocibles como la ensaladilla de yema—considerada ya por muchos

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