GURMÉ Tío Pepe

Historia en Rama

tienen y por tanto los que más te aportan. Sólo hay que visitar una vez Tío Pepe y ese es un recuerdo que se te queda para siempre, a partir de entonces sólo quieres volver en cuanto puedas. Al final es trabajo, pero tener una reunión allí en la bodega y después pasear entre botas, con ese silencio tan majestuoso, y terminar tomando una copa recién venenciada con los compañe- ros… Eso no tiene precio, te sientes la persona más privilegiada del mundo en ese momento. Aunque soy natural de Barcelona vivo en Sevilla desde hace mucho tiempo y Jerez está a un paso. Es increíble la historia vinícola y la riqueza que tenemos y que se desconoce. Deberíamos fomentarlo y potenciarlo. ¿Cuál es tu favorito? Mi favorito es el palo cortado y cuando mi ami- go Antonio Flores me contó que es un vino que está entre amontillado, oloroso, pero que no es ninguno de los 3… Me fascinó. También me gustan los amontillados y olorosos. Me gustan los vinos «de pañuelo» como se suele decir.

¿Cuál ha sido tu mayor reto como diseñador con Tío Pepe? Pues creo que el mayor reto se produjo cuando estuvimos confinados y tuvimos que diseñar, crear e imprimir la etiqueta de Tio Pepe en Rama de ese año sin poder tener contacto físico con nadie. Las pruebas iban y venían por mensajería, pero tuvimos que hacer la tirada de forma virtual por videoconferencia, con el proveedor con todas esas limitaciones. Pero al final tanto el proveedor español como los renders en el exterior pudieron estar a la altura. Los avances tecnológicos nos ayudaron mucho. Al final se queda en un buen recuerdo. En tu ámbito personal, ¿eres aficionado a los vinos de Jerez? Es difícil no serlo, Jerez no tiene vuelta atrás, cuando lo conoces te atrapa y te cautiva para siempre. No sé si son los mejores vinos del mundo, lo que sí estoy seguro es que son los más especiales, los que más personalidad

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