PASIÓN EN CÓRDOBA 2025

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Santa de Córdoba, y le dieron la advocación de la Cande laria, muy presente entre los vecinos por aquella antigua ermita que estaba en la calle del mismo nombre, y que ahora es un restaurante. El Huerto se reencontró con la Semana Santa de Cór doba el Domingo de Ramos de 1976, en el que desde en tonces ha sido su día, y en la época en que nació no podía más que asumir unos nuevos valores. Era el momento en que se creaban las cuadrillas de hermanos costaleros y la joven cofradía no podía formarla, pero sí recurrir a los faeneros de entonces: en su primer año fue Antonio Sáez, pero la historia quiso que aquella cuadrilla mítica, la de los hermanos Sáez, ya con Rafael al frente, rindiera su úl timo trabajo bajo las trabajaderas del Señor del Huerto en el año 1983. Antes la cofradía seguía creciendo. La re nacida cofradía llegó con un número de nazarenos acep table para la Semana Santa de Córdoba de entonces. No hubo que recurrir a llevarlos en final de a uno, como por entonces tenía que pasar en demasiadas ocasiones. En aquel 1976 fue con el Señor de la Oración en el Huer to una banda que se llamaba de la Guardia de Franco, y

En 1971, aquel chico ya tenía más de veinte años y veía cómo el mundo de las cofradías cobraba vida. Se habían reanimado Ánimas y la Expiración, luchaba por nacer el Vía Crucis y él recordaba haber visto al Huerto pasar bajo su casa, que estaba en la calle Claudio Marcelo. Así fue cómo Manuel Muñoz Rodríguez y su grupo de amigos tu vieron la idea de recuperar a la hermandad del Huerto en aquellos años. Fueron en 1971 y hablaron con el párroco, Francisco Gálvez, pero los frenó con una ducha de agua fría. Los desilusionó un poco, pero no tanto como para que dejaran de insistir. El Señor de la Oración en el Huer to, el Amarrado a la columna y la Virgen de los Dolores Gozosos o Gloriosos seguían esperando y Manuel Muñoz acudió a un sacerdote que en aquellos años, mucho más en los posteriores, iba a ser un gran amigo de las cofra días: Antonio Gómez Aguilar, para entonces ya párroco de la Trinidad. Era primo de su padre y convenció al pá rroco de San Francisco para que les diera un margen, para que creyera en ellos. «Habíamos arreglado la capilla, que estaba muy mal, colaborábamos con la obra social y nos movíamos mucho», contaba de aquellos años. Los esta tutos de la renovada hermandad del Huerto se presenta ron en 1974 y se aprobaron en febrero de 1975, hace aho ra cincuenta años. Quisieron incluso haber salido para ese año, pero lo vieron demasiado precipitado. Había que esperar un poco más y, mientras tanto, se iban buscando los enseres que en más de una década se habían dispersado por la ciudad y por la diócesis. Fran cisco Gálvez había ido prestando a quien se lo pedía, y por ejemplo el ángel antiguo estaba en Montilla y regresó de allí. Quedaba en el coro de la iglesia de San Francisco uno de los pasos que había tenido la hermandad en su etapa anterior, y el tallista Antonio Rubio se encargó de recu perarlo para que el misterio de la Oración en el Huerto fuera en él, y así fue hasta 1993. Quedó la vara del herma no mayor y algunas muy gruesas, de algo que existía en tonces en la Semana Santa de Córdoba y que eran los abre calles: unos nazarenos que llevaban varas unidas por cor dones para evitar que la gente cruzara. Se rehicieron para que fueran más finos y allí nació otra hermandad del Huerto: la de finales del siglo XX, con forme a las nuevas señas de identidad estéticas que la Se mana Santa de Córdoba iba tomando en aquellos años. Se reunían primero en torno a una mesa de ping-pong, más tarde en un local de la parroquia que había dejado la Caridad y luego en lo que ahora es su casa de hermandad en propiedad, junto al antiguo claustro. Los cofrades tu vieron claro salir primero con el Señor del Huerto, que para entonces ya no tenía el pelo natural que está en to das las fotografías, pero con la Virgen hubo dudas. Esta ba muy deteriorada en la encarnadura y en el candelero, y decidieron conservar lo único aprovechable: la masca rilla y las manos. Por sentimientos, más que por otra cosa, decía Manuel Muñoz. Le encargaron entonces a Antonio Rubio una nueva Dolorosa, la única suya en la Semana

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PASIÓN EN CÓRDOBA

EL RESURGIR DEL HUERTO, LAS HISTORIAS DE UNA COFRADÍA SUPERVIVIENTE

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