PASIÓN EN CÓRDOBA 2025
No se conocían los costales en Córdoba y los trajo un sevillano que trabajaba en la ciudad. Con su modelo se confeccionaron los demás para aquella cuadrilla
para animarlo», dice. Era bastante necesario, porque no había relevos en aquellas primeras cuadrillas, pero sí algunos puntos de descanso. Para la cofradía de Jesús Caído, que pasó de las ruedas a los costaleros a final de los años 70, era en la Puerta Osario, donde había refres cos, cervezas y bocadillos antes de seguir hacia San Ca yetano. Incluso los del Santo Sepulcro lo hacían en el parking de Edaco, en la calle Conde de Robledo, con la absoluta discreción que requería su carácter de cofra día de silencio. Se presentaban los justos y no se podía desperdiciar a nadie. A veces faltaba uno por palo y en ocasiones lle gaba alguien cuya altura era difícil de aprovechar, pero había que hacerlo, porque un costalero con ganas y vo luntad de ayudar no podía dejarse escapar. Se utiliza ban suplementos, entonces. Ahora hay más conocimien tos técnicos y entonces había novedades. «¿Vio usted el seis por tres? Eran seis pasos hacia adelante y tres ha cía atrás», rememora Rafael Muñoz Cruz sobre algo que hoy no siempre agradaría, pero que es el testimonio de toda una época. Del ejemplo de aquellas cuadrillas llegaron todas las demás por un contagio muy rápido. Costaleros de Ra fael Muñoz Serrano, dice su hijo, fueron Javier Romero, Lorenzo de Juan, Juan Berrocal o Fernando Navarro, en tre otros muchos, además del actual presidente de la Agru pación de Cofradías, Manuel Murillo Estévez. Tomaron los hermanos costaleros el lugar de las viejas cuadrillas de faeneros y desplazaron para siempre a las ruedas entre los últimos años 70 y los primeros ochenta. El Císter, que era una cofradía que empezaba a dar sus pri meros pasos, se dio a conocer, entre otras muchas mane ras, por una cuadrilla de profesionales que contrataban las cofradías, y que además de conseguir recursos servía para animar a que crearan sus propios grupos de costa leros. Desde aquellos inicios hasta los actuales, en que hay, como recuerda Rafael Muñoz, que rechazar hasta a 30 as pirantes, se ha hecho mucho camino, pero la larga cami nata empezó con el primer paso de la hermandad de la Expiración y sus pioneros. Los capataces recuerdan que los costaleros no sabían ni cómo colocarse ni cómo levantar, pero aprendieron enseguida. El Martes Santo anduvieron con gusto
VALERIO MERINO
Sobre estas líneas, un ensayo de costaleros en una mañana de domingo de Cuaresma. Debajo, la cuadrilla del Señor de los Reyes, titular de la Vera Cruz, con los faldones levantados para mitigar el calor bajo el paso en una estación de penitencia
dades y la forma en que la gente salía a disfrutar de las cofradías en Semana Santa. Al año siguiente Ra fael Muñoz Serrano tomó el martillo del Santo Se pulcro y creó una cuadrilla de la que no sólo salieron hombres de abajo, sino también cofrades, como pa saría luego en tantos sitios. Y no es que por entonces abundaran. Rafael Mu ñoz Cruz cuenta lo que muchos capataces de aque llos años: era difícil encontrar a gente. La Virgen de los Desamparados, titular de las Penas, salía hasta 1986 en un paso de palio que calzaba 30 costaleros, pero alguna vez iban 25. «Ahí era fundamental la psi cología, que es lo que hacía mi padre. Daba mucho cariño a la gente, a todo el mundo le decía ‘niño mío’
ROLDÁN SERRANO
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LA CUADRILLA QUE HIZO CAMINO AL ANDAR
PASIÓN EN CÓRDOBA
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