PASIÓN EN CÓRDOBA 2025

N UEVE pasos en sus mejores momentos, disci plinantes de túnicas blancas que se flagelaban por las calles y una ermita con yeserías barro cas y doradas. Hoy se piensa en una cofradía de penitencia, incluso en una de aquellas que nacieron en el siglo XVI y crecieron conforme un espíritu algo distinto del actual, y se habla de estos elementos, pero una de aquellas corporaciones era más cosas. Si estaba asocia da a un gremio era también la imagen de los profesiona les que la integraban, y que al salir a la calle con sus imá genes también lanzaban un cierto mensaje a la ciudad. Juan Carlos Jiménez Díaz, cofrade de la hermandad del Amor, acaba de culminar cinco años de intenso trabajo con la defensa de su tesis doctoral, la primera dedicada a una cofradía de penitencia de la ciudad de Córdoba, y que se titula ‘La antigua cofradía del Santo Crucifijo y del Patriarca Señor San José de Córdoba. Imagen y poder del gremio de alarifes y carpinteros’. Fue la que tuvo como ti tular a la imagen que desde la década de 1950 se venera como Santísimo Cristo del Amor y que se estableció en la ermita que todavía sigue en pie, ya desacralizada, en la plaza de la Magdalena. Su trabajo de búsqueda en los archivos ha permitido encontrar las reglas de la cofradía

Vera-Cruz, que estaba en San Francisco, por el orden del paso: ambas querían ocupar el último lugar del Jueves Santo, el puesto de honor, y si ganó la Vera-Cruz fue por que era penitencial, y el Santo Crucifijo hospitalaria. Era el año 1554 y las dos salían ya en Semana Santa. Para en tonces la cofradía ya tenía como titular a una imagen de Cristo muerto en la cruz, que Juan Carlos Jiménez atribu yó hace años al escultor Martín de la Torre por su pare cido con otro que está en la capilla de la Asunción de la Mezquita-Catedral. Es una imagen de hacia el año 1552. Uno de los grandes hallazgos de la investigación que se ha plasmado en la tesis es el de las reglas de 1579, que se conservan en el Archivo Comarcal de Cervera, en la provincia de Lérida. El Santo Crucifijo había llegado en el año 1565 a la ermita actual y ya se definía como cofra día de penitencia. En el preámbulo habla de su origen hospitalario, pero también de que se unen a una cofradía gremial, que era la de San José. Todavía está el esposo de la Virgen María en la hornacina de la fachada. En la er mita había estado el hospital de Jesucristo, que había fun dado en 1385 la familia Fernández de Córdoba, y que al cabo de los años les ganó un pleito porque no estaban cumpliendo la condición de decir misa por sus almas. En las reglas que acaban cumpliendo la condición de d

que se aprobaron en 1579, pero también y sobre todo cómo los albañiles maestros de obras, escultores y tallis tas pertenecieron a la cofra día y la gobernaron. Gracias a su tesis, calificada con so bresaliente ‘cum laude’, aho ra se sabe que grandes au tores de distintas épocas, entre ellos Teodosio Sán chez de Rueda o Juan Prie to, pertenecieron a ella. Su relato está lleno de ha llazgos. La cofradía del San to Crucifijo y Nuestra Seño ra de la Concepción nació en el siglo XVI, pero no como penitencial, sino como hospitalaria. Si llevaban esa advocación era en busca de los privilegios que Carlos V otorgaba a las cofradías con el título de la Concepción. Se establecieron en un hos pital que se llamaba de San Antonio Abad, en la zona donde ahora está la sede del Banco de Alimentos. Lo que se conoce es a través del ha llazgo de documentos, y uno de ellos es un pleito que mantiene la cofradía del Santo Crucifijo con la de la

de aparecer se cuenta que la cofradía celebraba, como casi todas las demás, un ca bildo de hermanos el Do mingo de Ramos, y que sa lía el Jueves Santo, con un hábito blanco. La mayor par te de las corporaciones que iban naciendo en aquellos años vestía de morado (como las Angustias o Jesús Nazareno) o negro (como el Santo Sepulcro). Era el San to Crucifijo una cofradía de sangre y las reglas dicen que los hermanos debían empe zar a flagelarse «al toque de campana y esquila». Es de cir, explica Juan Carlos Jimé nez, en el momento de la sa lida. Se dirigía a la Catedral, y aunque el itinerario no se especifica, «no podían ir por otra calle que Muñices». Desde allí subían por el Realejo y San Pablo hacia la entonces plaza del Salvador y luego buscaban la iglesia mayor por la calle San Fer nando. La cofradía llevaba al principio tres pasos. El primero, San José, el titular de la cofradía gremial de los

El actual Cristo del Amor, venerado desde el siglo XVI como Santo Crucifijo

ROLDÁN SERRANO

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PASIÓN EN CÓRDOBA

ORACIÓN, SANGRE Y PRESTIGIO SOCIAL DEL SANTO CRUCIFIJO

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