PASIÓN EN CÓRDOBA 2025

Miércoles de bodas de diamante, malva y oro

LA VIRGEN DE LAS LÁGRIMAS SE SUMÓ A LA MISERICORDIA EN 1950 CON SEÑAS DE IDENTIDAD INCONFUNDIBLES

Hospital de los Desamparados viene la denominación popular de ‘Dolores Chicos’ que tuvo la Hermandad y que dio nombre a la calle hoy llamada de Ramírez de las Ca sas-Deza, según queda constancia en un azulejo. Estaba muy cerca de la iglesia de San Jacinto, donde se venera ba a Nuestra Señora de los Dolores, de ahí seguramente la denominación popular de ‘Los Dolores Chicos’. La fa chada del templo, con su puerta, su alta hornacina y su cruz, sigue en pie en la confluencia con la calle Conde de Torres Cabrera. De esta cofradía se sabe el nombre de la mayoría de sus hermanos mayores, cuáles y cuándo eran sus cultos, qué patrimonio llegó a reunir y qué recorrido hacía su procesión. Hasta hay constancia de que se resistió, como otras cofradías, a la prohibición de vestir el hábito naza reno ordenada por el obispo Miguel Vicente Cebrián en 1744. Pero lo más destacado de su historia es que, aun que hubo otras hermandades que aceptaban a mujeres como hermanas, ésta es la primera que nos ha dejado los nombres de algunas de ellas: se llamaban Tomasa de Gál vez, Francisca Velasco, María Aguilera, María Margarita, Juana Bobadilla y Sebastiana de Castro y trabajaron en la hermandad en el año 1750. Del Hospital de los Desamparados la hermandad pasó en 1772 a la iglesia de la Magdalena, donde recibió culto en la capilla de los Armenta (de la que sólo queda la par te arquitectónica) y en la que permaneció hasta una fe cha sin precisar pero posterior a 1900, cuando fue tras ladada a San Pedro. Allí fue colocada en la capilla del áb side del Evangelio, la misma que ahora ocupa junto al Cristo de la Misericordia. Antes, en la Magdalena, había estado junto al sagrario, es decir, junto al Crucificado que ahora es titular de su hermandad. Como primera medida tras su incorporación a la Mi sericordia, la hermandad encomendó a Rafael Díaz Fer nández la restauración y limpieza de la imagen. El res

POR ANTONIO VARO

E N 1950 se incorporaron dos pasos y tres palios nuevos a la Semana Santa de Córdoba: fue una situación que no se ha vuelto a repetir. De nue va factura fueron los de dos imágenes que ese año se incorporaban a la carrera oficial: Nuestra Señora Reina de los Mártires y Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo; la cofradía de Jesús Caído, por su par te, dotó de palio al paso de Nuestra Señora del Mayor Do lor en su Soledad, que llevaba muchos años saliendo, aun que con los respiraderos que habían llegado en 1930, obra sevillana de Manuel Seco, los primeros metálicos de la Semana Santa de Córdoba. El estreno simultáneo de tres pasos de palio en la misma Semana Santa no se ha vuel to a repetir en los últimos 75 años. En 1939, la cofradía de San Pedro ya había intentado incorporar a una imagen de la Virgen con la advocación de Nuestra Señora de la Paz, que llegó incluso a figurar en una reforma de sus reglas. Pero el proyecto no se ma terializó, seguramente por desacuerdo con los honora rios que solicitaría Juan Martínez Cerrillo. La idea volvió en 1947, pero sólo en junio de 1949 el obispo Fray Albino firmó el decreto que ordenaba la incorporación a la her mandad de la Misericordia de una antigua Dolorosa que, tras una movida historia, había recalado en San Pedro en los primeros años del siglo XX tras un periplo por San Jacinto, el Hospital de los Desamparados de la calle Ra mírez de las Casas-Deza y la iglesia de la Magdalena. La antigua Hermandad del Santo Rosario de Nuestra Señora de los Dolores dio culto y sacó procesionalmen te a su titular durante dos siglos y medio: desde finales del XVII hasta, por lo menos, 1830. De su tiempo en el

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RAFAEL CARMONA

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