Pasion en Sevilla 151 diciembre 2024

P ROVINCI A DEVOCIONES DE LA

Las arterias de la fe S evilla se alza desde hoy instituida como epicentro uni versal de la religiosidad popular, el corazón de la fe, un órgano que bombea al ritmo de la oración, la plegaria, el rezo íntimo que se escapa entre los labios para llamar al Señor o a su bendita Madre. Ese corazón está cruzado por arte rias que riegan las siete letras de la provincia de un amor de si glos por María y su Hijo. Hasta aquí, la antigua ciudad romana Hispalis, llegarán en pocas horas ríos de fervor que nacen en tres manantiales ancestrales de piedad, un triángulo imperfec to donde María se erige en la primera discípula del mensaje de Jesús. Muchos son los sevillanos que sólo saben de Dios a tra vés de los ojos de la Virgen. Desde el Sur, como el aire que se cuela desde las últimas tie rras españolas que vieron los marineros que emprendían su via je hacia el Nuevo Mundo, llega la Virgen del barco que el capi tán Rodrigo de Salinas dejó a finales del siglo XVI en Utrera, el nombre que llevaron a América y que veneran en rincones de Cuba, México o Ecuador. Los peregrinos de Consolación, como los que partían a la Carrera de Indias, vienen dispuestos a ha cer del 8 de diciembre un 8 de septiembre en su Santuario. Como Austro, el dios mitológico de los vientos del Sur, desde el cerro de Cuartos a la Santa Iglesia Catedral, los nazarenos pondrán su saeta más directa en el alma de la ciudad: Váleme, Señora. La mirada ante la que se postró el Rey Santo volverá a brillar en Sevilla. Se pronunciará su nombre, un acto de fe, po pular, en sí mismo, como sentenció el propio Romero Murube. Cinco letras, 68 centímetros y Dos Hermanas, los tres pilares de una devoción sin límites. Sin pañuelos blancos atados a sus sienes pero con el mismo amor puro que le profesan cuando pisa el suelo de Lora del Río. Con la presea con la que fue coronada hace más de 35 años, la Virgen de Setefilla, la ‘Serranita Hermosa’, hará brillar una de voción medieval de los que sembraron y trabajaron unas tierras que lindaban con la Campiña, la Vega y la Sierra Morena. El caudal de la religiosidad en la provincia es inabarcable. Valme, Consolación y Setefilla son tres granos de mostaza del campo de la fe que es Sevilla, que germinó en Gracia, Valle, Águi la, Rosario, Agua Santas, Pastora, Asunción, Rosario, Purísima, Inmaculada, Remedios, Magdalena, Nieves, Cuatrovitas, Alcor, Encarnación, Robledo, Monte, Carmen, Estrella, Dolores, Pilar, Soledad… flores de un jardín de devoción popular. POR JESÚS DÍAZ

J. M. SERRANO

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