Quién es Quién en Sevilla 2022

Jesús Porres Ureña Director General de Bidafarma

El cooperativismo farmacéutico

Sin embargo, el capital social cabe entenderse también como los recur- sos relacionales de una empresa enfo- cados a su sostenibilidad más allá de los resultados económicos. Hoy no se puede entender una empresa que no muestre su compromiso sincero, en la medida de sus propias circunstan- cias y posibilidades, con el presente y el futuro ambiental del planeta y con la calidad de vida de las personas, con su sensibilidad proactiva hacia las ne- cesidades de la comunidad. Hoy, una empresa que no cuide su capital re- lacional, en sus interacciones con el resto de la sociedad civil y el medio ambiente, no tendrá prestigio, será una marca sin alma. Y esto es impor- tante: porque el prestigio, que es el reconocimiento libremente otorgado por la comunidad, es un hecho moral que apela directamente al corazón de la ética empresarial. He de reconocer que, en este sen- tido, en Bidafarma (y en el coopera- tivismo farmacéutico en general),

partimos con ventaja. Porque nues- tros dueños, los casi 9.000 socios de la cooperativa, ubicados en pueblos y ciudades de todo el país, siempre nos han impuesto a quienes trabajamos en la compañía un primer manda- to inexcusable: garantizar que todos los medicamentos lleguen al mismo precio y en las mismas condiciones de calidad tanto a la farmacia de la calle comercial más bulliciosa de una gran ciudad como al pueblo más pequeño y remoto de la España Vaciada. Y eso, sin duda, tiene mucho que ver con la sostenibilidad social y ambiental de nuestra empresa. Con ese ‘otro’ capi- tal social. De ahí que nuestra relación con los stakeholders institucionales y comu- nitarios sea un asunto de importancia crítica de Bidafarma. Baste citar en este sentido que hemos desempeña- do encomiendas de gestión, amor- tiguando los costes, de acuerdos con los colegios profesionales farmacéu- ticos y con las administraciones sani- tarias relacionados con las emergen- cias propias de la pandemia covid. O que llevamos años tejiendo una red de valores compartidos con diversas asociaciones de pacientes, conscien- tes de la importancia de la ciudadanía organizada en torno al movimiento de afectados y familias relaciona- do con importantes problemas de salud, como la diabetes, el párkin- son o el daño cerebral, en los que el farmacéutico como primera línea de atención al paciente tiene mucho que decir. O nuestro compromiso con los profesionales del futuro, apoyando el trabajo de las facultades de Farmacia de diversos territorios. O la medición de nuestra huella de carbono para po- derla reducir progresivamente, im-

español es un ejemplo brillante de la eficacia del capital social

portantísima tarea para una empresa que, como la nuestra, gestiona más de 600 operaciones logísticas diarias de reparto de medicamentos y productos sanitarios. No son ejemplos de inicia- tivas dispersas, sino la expresión del cuidado de nuestro capital social, di- verso en realidades y rico en valores. Es precisamente esa cultura, que nos empuja en Bidafarma a trabajar en red, la que nos hace más fuertes y flexibles ante las incertidumbres pre- sentes. Sin duda, ello nos hace más creíbles a la hora de plantear estra- tegias reactivas y proactivas ante las crisis de cualquier índole, presentes y futuras. Porque sabemos que siempre que cuidemos a las personas (nuestro capital relacional), estaremos hacien- do lo mejor para la viabilidad econó- mica de la empresa.

Una empresa que no cuide su capital relacional no tendrá prestigio, será una marca sin alma

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