Suplemento GRACIAS La Voz 29-11-2020

GRACIAS

S U P L E M E N T O E S P E C I A L D O M I N G O 2 9 · 1 1 · 2 0 2 0

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CUERPOS Y FUERZAS DE SEGURIDAD DEL ESTADO

Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del estado suman 56.000 personas. REORGANIZACIÓN Las plantillas de Policía Nacional, Guardia Civil y policías locales, sin olvidar a un colectivo esencial como el de Bomberos, se han visto obliga- das a modificar sus estructuras para adaptarse al coronavirus y evitar que los contagios mermen sus filas. No en vano, los agentes afectados en la provincia, entre positivos y cuaren- tenas, superaban ampliamente los dos centenares –sólo en el primer mes de estado de alarma– en una provin- cia como Málaga, de similar pobla- ción a la de Cádiz, según una infor- mación publicada por el diario ‘Sur’. A este impacto se sumaban las cua- rentenas preventimas. La proporción es clara. Cada baja en el servicio por un funcionario infectado provoca, de media, otras diez por compañeros que han tenido contacto con él y tienen que aislarse en su domicilio por pre- vención. Esta situación sólo se ha vis- to aliviada desde el pasado verano con la progresiva implantación de distin- tas fórmulas de test. Para mitigar esta situación, las Fuerzas de Seguridad se reorganiza-

ron, se adaptaron para mostrar que su vocación es convivir con las difi- cultades. La fórmula más utilizada desde la pasada primavera es el bino- mio estable: dos agentes que traba- jan siempre juntos, independiente- mente del turno, de manera que si uno de ellos enferma, afecta a su com- pañero, que se queda en casa para cumplir la obligada cuarentena. Solo equipos concretos como las unidades de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional o las unidades de Seguridad Ciudadana (Usecic) de la Guardia Civil se mantienen operati- vos en grupos más numerosos. Los grupos de investigación tam- bién se han organizado en parejas fi- jas que, además, tratan de no coinci- dir en el mismo turno, siempre con la misma filosofía: si una entra en cuarentena, que afecte lo menos po- sible al resto de los compañeros y, en consecuencia, al resto servicio. Mu- chos de los agentes que antes se de- dicaban a estas labores han pasado ahora al colaborar en el patrullaje, ha- ciendo funciones de prevención para el cumplimiento del real decreto por el que se ordena el confinamiento de la población o las limitaciones demo- vilidad entre territorios, salvo para

los supuestos autorizados dentro del estado de alarma ordenado por el Eje- cutivo y la Junta de Andalucía. Dentro de este plan de adaptación, todas las reuniones de jefatura y tam- bién las de las brigadas, los denomi- nados ‘briefings’, donde los mandos impartían instrucciones a los agen- tes, pasaron a ser telemáticas. «Y las pocas que se hacen, las imprescin- dibles, se hacen respetando la distan- cia de seguridad», advertían el pasa- do mes de marzo fuentes policiales. A todo ello se le sumaron otras me- didas: el establecimiento de turnos de seis días de trabajoy seis días dedescan- so. Este reparto sustituye a la anterior proporciónde seis días de trabajoycua- tro de descanso, para hacer que todos los turnos seanalternos y evitar que se solapen, permitiendo así que los bino- mios seanlomásestancosposibles.Des- deelSindicatoUnificadodePolicía(SUP) han lamentado las carencias en la flota de vehículos policiales ante el aumen- tode la presencia en la calle imprescin- dible en losmomentosmás difíciles de laprimeraola (marzoyabril) o la segun- da (octubre y noviembre). El coche patrulla es la unidadmíni- ma de las fuerzas de seguridad. Los agentes que van en su interior son, ha-

bitualmente, los primeros en llegar a las emergencias y quienes toman el pulso a la calle día a día. De hecho, la mayoría de los policías y guardias ci- viles pasan en algún momento de su carrera por Seguridad Ciudadana (ra- diopatrulla o Zeta, según el argot em- pleado). Tras la orden interna del Mi- nisterio del Interior en la que se cen- traban todos los recursos por el confi- namiento y las medidas del estado de alarma, muchos agentes de los grupos de investigación judicial volvieron a calzarse el uniforme y salir a patrullar, también para reforzar esta división y facilitar el trabajo de sus compañeros. María, una de ellas (que prefiere no usar su nombre real), explica que no hay temor que pueda conel sentimien- to del deber: «Desde que juras el car- go estamos preparados para esto, lle- vamos el uniforme en las venas». Llevaba dos días patrullando jun- to a otro compañero del mismo gru- po judicial (para mantener los bino- mios herméticos y minimizar conta- gios y cuarentenas). Asegura que, en un primer momento, la calle «impo- ne un poco», pero «tranquiliza» sa- ber que sus compañeros ymandos es- tán al otro lado de la radio para faci- litar su trabajo.

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