GURME Sevilla 36 Verano 2025
Bares con dueño
Bares con dueño
ñol la gente está viendo su auténtica manera de ser, él tiene mucha guasa y ha encajado perfectamente en el barrio. Tiene esa manera de disfrutar de la vida y entender a la gente, ha descubierto que es un poco trianero (risas). Y de hecho cuando le pregun tan de dónde es dice que de Triana de toda la vida. También soporta el calor mejor que yo… (risas). Ha sido muy fácil adaptarse. La gente es cercana y se interesa por ti, nunca habíamos vivido esto porque venía mos de Londres, donde hay un excesi vo individualismo. Allí estábamos bien porque estaba nuestra familia pero no nos sentíamos al 100%. Esta vida es más sana y más alegre y adaptarse a esto es fácil. A mi hijo ya se le nota el aire trianero, es jovial y vitalista y cuando va a Escocia con sus primos se le nota ese aire, va siempre cantan do y contento. Cuando vimos el bar comprendimos
¿Quién es?
la historia y la esencia que tiene detrás, es justo lo que queríamos. Aunque también es cierto que tanto carácter lo hacía más compli cado todo, porque había que adaptarse a la personalidad que ya tenía el negocio. Había que tener mucha sensibilidad con el sitio, que saber entenderlo. En eso Pepe Cárdenas nos ha ayudado mucho, sigue viniendo cada día y ha sido una figura clave para que mantenga mos la esencia del bar. Le seguimos incordiando, porque a veces está aquí con sus amigos y le llamamos para que le cuente alguna anécdota o historia a alguien. ¿Se ven jubilándose en esta esquina de Triana? Ben es muy inquieto y no para de pensar… Sé que le gustaría tener algo más en un futuro. Con este sitio hemos tenido mucha suerte, Sevilla y Triana están de moda y tenemos claro que vamos a mantener siempre el bar. Quizás si podemos nos gustaría encontrar un hotel o algún otro proyecto fuera de Sevilla, pero jamás dejaremos el Bar Santa Ana.
María nació en Barcelona y ha vivido toda su vida en Londres, donde tra bajaba como hostelera, al igual que su marido. Tenía una tía en Sevilla a la que visitaba desde niña y siempre había tenido a la capital andaluza en su horizonte de sueños. Cansados de la vida impersonal y abrumadora de la capital inglesa decidieron mar carse nuevos rumbos y buscar un negocio propio donde pudieran reali zarse profesional y personalmente. Paseando por Triana en una de sus visitas se toparon casualmente con el Bar Santa Ana, que lucía un cartel de venta. ¿Casualidad o destino? Parecía que todo estaba marcado en su camino para que se instalaran en Sevilla y un año y medio después de aquella decisión los dos están con vencidos de que han dado con la horma de su zapato.
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