PASIÓN EN CÓRDOBA 2025
que está en el Evangelio, y eran los apóstoles. El paso los incorporó ya en el año 2018 y son obra de Jesús Gálvez. Antes habían pasado muchas otras cosas. Pensar en cofradías de tres pasos era casi impensable en la Sema na Santa de Córdoba desde la década de 1970, cuando ha bía muchas con uno solo. Los que tenían en las manos los libritos con los itinerarios sabían que además de los dos titulares de la cofradía estaba también el Señor Amarra do a la columna, que todavía quedaba en la capilla de San Francisco a la espera de regresar. Muchos lo descubrie ron en la calle en 1997, cuando presidió el Vía Crucis de la Agrupación de Cofradías en la Catedral, y muchos soña ban con verlo de nuevo ahora que la hermandad iba avan zando en sus dos pasos. Sucedió en el año 2004 y ahí también el Huerto inno vó, porque hizo lo contrario de lo que se habría esperado en un momento en que la Semana Santa respondía en tan tos lugares a un cierto estándar. Si se piensa en la flage lación, casi todo el mundo esperaría un gran paso de mis terio, figuras muy vigorosas y amplia escenografía en tor no al Señor, pero no sucedió nada de eso. El Señor Amarrado a la columna se restauró durante unos meses en el taller de Navarro Arteaga y regresó con su impron ta y con una nueva columna. La cofradía quiso trasladar lo hasta San Francisco desde la Catedral en procesión, so bre el paso del Cristo de las Penas, pero la lluvia constan te de aquella tarde de noviembre lo impidió. De alguna forma habría sido una prefiguración, por que el que antes se había llamado Nuestro Padre Jesús de las Penas se presentó en la Semana Santa de Córdoba más como un Crucificado que como la imagen de un paso de misterio. El Huerto había adquirido un paso de Manuel Guzmán Bejarano, en caoba y plata, que había sido del Cristo de la Misericordia del Puerto de Santa María, y al que José Carlos Rubio restauró para darle nuevas dimen siones e iconografía. Justo en el centro, sobre una peana de carrete dorada de cierta altura, iba la imagen, entre Los cofrades que refundaron el Huerto optaron por una nueva Dolorosa ante el deterioro de la anterior. La mascarilla antigua fue la base de la Virgen del Amparo
ÁLVARO CARMONA
dad encargó a Manuel Guzmán Bejarano, y que llegó ya completamente tallado para ir completando en los años siguientes el dorado. El acompañamiento para el Señor fue evolucionando. Muchos recuerdan todavía el monu mental ángel que labró Miguel Arjona, y que se situaba detrás del titular. Aportaba una estampa inconfundible. En 2004, la cofradía estrenó una nueva figura, que hizo el sevillano José Antonio Navarro Arteaga con unos pará metros muy distintos: mucho más pequeño y situado so bre una nube en diálogo con la imagen. Las fotografías antiguas fotografías muestran una composición pareci da, pero faltaba una parte del misterio, de acuerdo con lo
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